viernes, 23 de mayo de 2008

Los problemas afuera

Llegué a casa a las 19:15hs., me paré sobre el felpudo que reza “Sweet Home”, frente a la puerta de entrada y empecé a sacudirme como perro mojado. El día anterior había prometido dejar los problemas fuera de casa. En cada movimiento se desprendían las discusiones de ese día, la falta de respeto por mi trabajo, las inseguridades de mi jefe, mis propias inseguridades, la falta de competencia de algunos compañeros, mi insoportable exigencia, las cadenas de mails en las cuales me incluía mi jefe sin saber por qué, las horas que había mirado fijo el monitor buscando una respuesta, pensando qué hacía en ese lugar, los malentendidos con mi madre, las ganas de sacudir a más de un cristiano, mis caras de indignación por el diseño mal logrado o la orden de trabajo que los cuentas irrespetuosamente insistían en llamarlas “brief”. La densidad de la realidad, esa eterna sensación de pérdida de tiempo con la que vivía. Me sacudí más fuerte, había algo que me decía que aún quedaban rastros de ese día en mi cuerpo o tal vez en mi alma. Capaz que esas ganas de llorar, esa impotencia por no poder dejar los problemas de ese lado de la puerta. Tenía las llaves en la mano. Comenzaba a hacer frío, seguía sin poder entrar.

Querer es poder

“Querer es poder”. Desde que salimos del vientre materno, escuchamos una y otra vez ese rezo popular. Nos inculcan esa capacidad de transformar el dolor en sabiduría, la envidia en compasión y la angustia en esperanza. Lo jodido es cuando lo tomamos a pecho, como se dice comúnmente: “cuando te comes la pastillita”. Este es mi caso, yo creí que podía hacer que el pasto creciera, que podía hacer que lloviera y que parara de llover, creí que podía comer sin que la comida se depositar en mis muslos, creí que podía levantarme de una reunión de trabajo e irme sin pedir permiso, creí que podía mandar a la reconstitución a quien me faltara el respeto, creí que con un chasquido de mis dedos estaba al otro lado del mundo, creí que mirando fijo a un perro podía hacer que dejara de ladrar, creí que podía hacer que un bonsái creciera, que tocando en la frente a un ciego este viera, creí que podía lograr que un rengo corriera, creí que podía curar la culebrilla, que podía hablar en mandarin, que podía comunicarme con seres extraterrestres, creí que podía tener de mascota un delfín, que podía jugar profesionalmente al tenis, que podía hacer que mi pelo creciera en tiempo record sin aplicarme extensiones, creí que podía levitar, que podía leer en latín, creí que podía volar, creí que si quería podía bailar en el Colón, creí que podía prender la hornalla con solo mirarla, que podía dejar de tener frío con sólo repetir dos veces “qué calor, qué calor”, tantas cosas me creí.

jueves, 22 de mayo de 2008

Secuestro express

Ofrecí hacerle un giro, una primera entrega por Abitab. La excusa, salir de ahí, escapar. Para ella era como un freelo, salvo que en esta ocasión no tenía que pasar horas frente al monitor. Llegó por mí en el móvil 1467 con cero fichas, tenía un pasamontañas azul, lleno de pelotitas, una pollera de jean, un bolsito cruzado y una pistola de agua en la mano. Entro con paso firme, expreso al fondo donde la aguardaba mirando fijo la pantalla para no levantar sospechas. La esperaba con ansias como una niña espera a su madre a la salida del cole.

Me había asegurado de llenar la botella con agua, porque tenía el recuerdo que en su refrigerador solo había cervecita, unos tappers con restos de comida casera y manzanas de varios días.

Al verla pasar Oma, le dijo “hola caro” y siguió de largo, preocupada por conseguir unos silbatos para la Gran Final del Mundialito. Zafamos, pensé. Desde la ventana de la puerta me hacía señas con la cabeza como para que saliera, yo con la cabeza le decía que no y que entrara. En definitiva, que se pusiera una pila. Claro, le había pagado un montón de plata, lo mínimo que podía hacer era la mímica del secuestro express. Después de varias señas, incluso alguna obscena, transamos en el medio. Yo me pare, ella tomo mis cosas y salimos discutiendo por la puerta. Nadie se percato demasiado del hecho, con excepción de David que gritaba por el balcón: “Maca, podés darle una mano a Davies que está desbordada… Tu gente está trabajando?”. Es decir, le importaba tres carajos que me estuviera secuestrando.

Subimos al taxi que para ese entonces tenía 73 fichas, y fuimos rumbo a Melrose. Como era de esperar, no había agua. Respire profundo estaba afuera, en un ambiente sano y puro. Tenía ganas de llamar a Nico para contarle que estaba bien pero Caro se había tomado a pecho su rol de secuestradora. Y empezó con que teníamos que mandar alguna señal como para que nos creyeran. Miro mis manos, tomo un cuchillo Tramontina de mango de madera y sierrita, y dijo: “hay que sacrificar un dedo, una falange o dos para mandar como prueba de tu retención. pero bueno... una cosita de nada, en las películas siempre lo hacen”. Una gota de sudor, mejor dicho una catarata, de agua empezó a correr por mi frente. Me estaba por desmayar cuando me acordé de los cuida coches. Le dije: “Agarremos a un cuidacoches por todas las radios que nos han robado y todas las monedas que nos han despreciado”. Afortunadamente le pareció buena idea.

Estábamos desplegando el nylon de tres metros para no ensuciar la casa cuando sonó el timbre, era Silvia, su madre. Por la rendija de la puerta se colaba el perfume de los canelones de verdura, los niños envueltos y los repollitos de Bruselas que traía en los tappers. Me mandó para arriba, rogándome que no estornudara y pidiéndome que esperara que su madre se retirara. La pucha, que estaba fría esa buhardilla, no había siquiera una estufita a cuarzo. Después de dar vuelta todas las cajas que aún permanecían desempacadas, encontré una mantita probablemente tomada de un vuelo de Iberia, Madrid Barcelona o Madrid-Montevideo. Gracias la astucia, la picardía, criolla me salvé de agarrarme una neumonía.

Llegada la media noche y tras unos gritos bajé sigilosamente, temía que aún estuviera Silvia. Para mi sorpresa Caro estaba sola, hablaba por teléfono fuertemente y con tono bastante agallegado, como cuando discute, escuchaba que decía: “Pero David, no seas hijo de puta es tu directora creativa!”, del otro lado solo se escuchaba tu tu tuuuuuu. Enfurecida veía que discaba y ahora decía: “Pero señora es su hija” y la respuesta era otra vez tu tuuuuuuuuuuuuuuuuuuu. Discaba de nuevo y decía: “pero no seas hijo de tu madre es tu mujer!” y una vez más la respuesta era tu tuuuuuuuuuu. Con razón no me había avisado que su madre se había ido. Creo que llego la hora de irme. En cuanto pueda, le giro el resto de la plata. Le dejé una nota que decía: “Gracias”.

martes, 20 de mayo de 2008

Cromosoma X

Hace un tiempo leí un artículo de un estudio sobre el cromosoma femenino X, publicado en la revista científica británica “Nature”, que decía que las mujeres somos genéticamente más complicadas de lo que se creía debido a que muchos genes del cromosoma X que deberían apagarse siguen activos en las mujeres.

Ese estudio me saco un poco de presión, si bien seguí añorando ser un poco más simple o práctica. Durante años, veintinueve más exactamente, me he preguntado porqué soy tan compleja, porqué me cuesta tomar decisiones, porqué soy tan exigente, porqué doy un millón de vueltas, porqué esa contradicción permanente, porqué esa guerra, porqué no paro de pensar ni un segundo… porqué no soy un poco más simplona. Por ejemplo, tengo una amiga que ella va feliz por la vida, siempre de buen humor, sin problemas, siempre sonriendo y siempre con energía como para ir a spinning, trabajar, cocinar, hacer un PHD, respirar, verse espléndida, hacer familia, hacer familia de novio e incluso programas con amigas. Todo eso en un mismo día. Mi amiga es simple. Mis amigas complejas dicen “un día va explotar”. Pura envidia, se mueren por ser un poquito menos entreveradas. Como dice otra amiga, “esto no tiene vuelta atrás, hay que vivir con nuestra complejidad”. Así que estoy jugada a la reencarnación o que se produzca un milagro.

La cuestión es que el otro día amanecí con una sensación extraña. Algo decía que había cambiado cuando fui al baño a lavarme la cara. Tal vez la expresión de mi rostro era diferente, el ceño no estaba fruncido, los ojos brillaban y el mechón de pelo que solía caer hacia la derecha ahora iba en sentido contrario. Me mire dos veces al espejo para reconocerme. Hasta me sentía más liviana.

Curiosamente fui contentísima al trabajo, con un sensación de “hoy puede ser un gran día”, mire a mi jefe y le sonreí con una amplia sonrisa. Ingresaron una orden de trabajo sin información, lo que generó revuelo en el equipo y caras largas. Mi reacción fue que haya paz, “chicos, busquemos en Internet, deben estar con mucho trabajo”, mientras los veía rascarse el ombligo en su cubículo. Encontramos la info, presentamos y no gusto. ¿Por qué? Porque NO. Les dije “pensamos un poco más para mañana”. Agregaron “es para hoy”. “Bueno nos quedamos hasta medianoche, no hay problema. Yo se el número de la alarma”, siempre con tono calmo y sonriendo. No había ironía en mis palabras. En otro momento verborragia verbal hubiera sido fatal, hasta podría haberme costado el trabajo o al menos varias sesiones de terapia. Y ni hablar del pobre cristiano que vive conmigo, él siempre se las ligas. Pero había amanecido diferente.

Llegué a casa y Nico me miro con cara extraña, “estás bien maca?”. “Sí”, contesté. “No sé, estás como diferente” y me miraba mientras me retiraba el pelo que caía sobre mi cara. Supongo que aguardando el sablazo que nunca llegó.

Al otro día fui a terapia, sin entender verdaderamente por qué iba a ese lugar. Me sentía en paz, estaba calma, no tenía de que hablar. Me senté y me dijo: “Cómo estás?”, le respondí “Estupenda”. Me miró con ojos saltones. “Y cómo te fue en el trabajo?”, “Excepcional, son personas extraordinarias.” Miró con ojos aún más saltones. “Y cómo estás con tu peso? Tu relación con la comida?”, “Genial, me cansé de estar tras las piernas de Giselle Bunchen, descubrí que están completamente photoshopeadas.” Miró con ojos saltones más morisqueta con la boca. “Y qué paso con Mónaco?”, “Me conformo con ir a Marindia.” Miró con ojos saltones más morisqueta con la boca más resoplo. “Y cómo estás contigo?”, “En paz.”.

Cuando pude reaccionar, después de este pinpong de preguntas, le dijé “qué hago en terapia?”. Ella desconcertada me dijo “pscionalisis?”, “Mmm” murmullé…silencio y retomó “Has estado un poco entreverada últimamente.” “Ah! qué raro… Cómo es estar entreverando?”, le pregunte. “No sé, dime tu”, respondió. Nos despedimos, sabiendo que era la última vez que nos veíamos.

Desde ese mañana algo cambio, creo que se me apago el cromosoma X que hablan en la revista Nature.

Notas

Hoy le planteé a Ale, mi terapeuta, la posibilidad de llevar un block de notas a mis sesiones. Así como ella saca sus apuntes, subraya, pone signos de exclamación, remarca, va para atrás y para adelante en mis narraciones, a mí gustaría rescatar algunos conceptos de los que trabajamos. En esos 50 minutos se dicen muchas cosas y a veces no me da la capacidad de retenerlo todo. A veces, es muy duro retenerlo todo. Por otro lado, después que el reloj pasa las 9am, cruzo la puerta y tengo que enfrentarme a la cruda realidad. Por lo cual, sería una buena forma de protegerme del mundo exterior. Recordemos que recientemente rechazó la idea de hacerme una ficha con “tips para ser feliz”. Si ella escribe cuadernos a lo loco acerca de mi vida, por qué yo no puedo escribir alguna frase de las cosas que surgen ahí. Acaso no es mi vida de la cual estamos hablando, no es mi espacio! Le explique que el block sería pequeño como una libretita de apuntes, aunque también podía llevar mi notebook. En ese momento sus ojos se desorbitaron, no podía creer lo que le estaba planteado. Se imaginó preguntando “Alejandra, me podés repetir que me perdí?”. A veces siento que soy una incomprendida, como Van Gogh en su momento. Prometo no mutilarme. Me parece que podemos estar frente a una nueva metodología de trabajo, una técnica de tratamiento completamente rupturista e innovadora. Así como el piscoalanaisis fue una revolución para la psicología y el pensamiento de la época. Esto puede llegar a ser un BOOM.

La paciente, yo, saca sus notas así como la terapeuta, ale, saca las suyas. Pudiendo llevarse conceptos para seguir trabajando en su casa y avanzar más rápido. Si todo sale bien, creo que en tres meses estoy afuera. Mis últimas palabras fueron “Pensalo”.

lunes, 19 de mayo de 2008

Que implote todo

Hay veces que siento el fuerte deseo de que implote todo a mi alrededor, salvando a mis seres queridos y lugares preferidos. Para eso estuve desarrollando la idea de un refugio, mi casa sería el lugar de reunión. Debería establecer una red de llamados como para que todos asistan en tiempo y forma, o tal vez sea más fácil pedirle al ovni que suele abducirme frente a una emergencia, que abdujese a mis seres queridos de sus lugares y los traslade al refugio.

Por otro lado, me aseguraría de tener agua, víveres, Internet, cable, dvds, coca Light, frutas y verduras, medallones de menta (a nico le encantan), aceite de oliva, aceto y un buen vinagre de vino o manzana, alimentos no perecederos, frutos secos, semillas de girasol, lino y pipas, mostaza en granos, pimienta de 5 bayas, pan de 5 semillas, esas clásicas latas de conservas de pulpo y mariscos que venden en los freeshops, leche larga vida, yogur, algún queso rico, nescafé, chicles y caramelitos sin azúcar para combatir a ansiedad, productos de tocador, más alguna otra cosilla que seguramente me estoy olvidando. A propósito, unos amigos que viven en México y que fueron sacudidos por el terremoto del ´85, me comentaron que es imprescindible tener velas por si llega a ver un apagón, radio de pilas y pilas para recarga.

Desde que este pensamiento se volvió tan recurrente, le encargo a todo viajero una lata, chocolate, té Twins o bebida del free shop y me aseguro de recordarle mi dirección al platillo volador .

Que los cumplas feliz...

Llego la hora de soplar las velitas y con ello pedir los tradicionales deseos. Mamá colocó una vela de apagón color amarilla sobre la tentadora torta de chocolate. Llega un momento en la vida que hay que sintetizar los años, en una vela o a lo sumo dos velitas con forma de números que formen la edad, de lo contrario la torta se transforma en una especie de colador.

Apagaron las luces y empezaron a cantar “qué los cumplas feliz…”. Cerré mis ojos y comencé a pedir los deseos. Supuestamente son tres y uno no los tiene que decir porque sino no se cumplen. En el último tiempo he sentido que el Sr. Deseo, el que concede los deseos, se ha olvidado de mi listita de pedidos o se le ha traspapelado frente a tanto cumpleaños y aniversario. Tampoco es cosa de caerle, tendrá sus mambos. La cuestión es que, me tomé el trabajo de repasar qué había pedido en el último tiempo y renovar mi lista.

- Salud, amor, dinero y bienestar para mis seres queridos.

- Pasar fin de año con Nico, en una terraza de un penthouse en Nueva York, vestidos de gala (él en Armani y yo en Stella McCartney), bailando al compás de Frank Sinatra.

- Veinte kilos menos y no ver rostros de preocupación.

- Un paréntesis en mi vida, seis meses capaz que son mucho pero qué pasa con tres. Serían como para recargar energía, encontrar el centro y volver a barajar.

- Encontrar la paz, estoy cansada de pelear conmigo.

- Asistir a las finales de Roland Garros, Wimbledon y Master Series.

- Que un jean con remera blanca me calce como un vestido de Chanel.

- Un jaguar color verde inglés con asientos de cuero blanco.

- Gafas bien grandes para que no me reconozcan.

- Que un ovni me abduja del trabajo y traslade a la costa azul francesa, y en ese momento este tomada de la mano de nico.

- Que nico no me abandoné.

- Ir por una highway en una noche despejada, la brisa acariciando nuestros rostros, escuchando música al palo, tarareando desafinados y con una extraña sensación de libertad.

- Poder mandar a la reconstitución a quien quiera.

- Que cada cosa que ingiero no encuentro su lugar en mis muslos.

- Que las horas de spinning se traduzcan en mis piernas.

- Pasear en los barquitos de los estanques de Versalles, dándole de comer a los interesados cisnes mientras nico intenta ahuyentaros con el remo.

- Un paseo en bici por las calles de adoquines de Florencia, Italia.

- Un café con leche acompañado por una rica patiserrie en la verdeada de un Café en Saint Germain en París. Un farol, cuatro árboles, una plaza, un músico tocando su acordeón, un grupo de estudiantes discutiendo acerca de un manifiesto, una librería de fondo, una francesa con largas piernas esperando para cruzar mientras habla por celular, bullicio en distintos idiomas, hay olor a baguette fresca, señoras y señores caminando con su baguette debajo del brazo, adoquines con historia, una notebook en la mesa (me he vuelto adicta), un hombre con flores frescas (seguramente adquiridas en el Mercado De Flores), una pareja tomando una copa de vino y Nico que me da un beso en la frente, acaba de llegar de su clase de pintura. Una larga charla.

- Un picnic en una tarde de verano en el Hyde Park o Greenwich Park, Londres. Descalzos con los pies sobre la hierva, hay olor a pasto recién cortado. Sobre la mantita se apoyan unos frescos tomatitos cherries, queso brie, jamón crudo, olivas, pan integral de varias semillas, mermelada de arándano casera, unos duraznos y bebida.

Por último pronuncié, “Deseo que el Sr. Deseo me conceda mis deseos.”

Los deseos de paz en el mundo y que se acabe el hambre, los dejé para personas menos narcisistas y egocentristas. Como por ejemplo las modelos, que en cada certamen de miss universo piden por un mundo más feliz.


Cuando abrí los ojos me encontré con que el cebo de la vela había cubierto toda la torta y el cabito seguía encendido. Los rostros de las personas eran de preocupación, no escuchaba nada, solo mis pensamientos, pero podía leer sus labios que decían “despertá maca, despertá!”. Entre dormida, solo atine a soplar la velita.

Casco

Un casco para la bici, dice valen que dentro de poco va a ser obligatorio el uso. Debería conseguir, uno para ella también así la convenzo de llevarla al gimnasio en la Trek. La idea surgió, frente a la falta constante de transporte. Todos los días nos comunicamos para ver quien tiene auto para pasar a buscar a la otra, la respuesta es “vamos mañana, entonces?”. Y así pasan las semanas. La cuestión es que ella se empecina en que nos vamos a matar las dos en bici por Av. Brasil, ella sentada en el manubrio y yo intentando hacer equilibrio. Prefiere caminar a mi lado. Nico le agradece su lucidez y le ruega que no me haga caso, que nos vamos a ser el hazme reír de Montevideo. Por eso de que acá nos conocemos todos. Mauro bajó los brazos y yo sigo insistiendo en que estoy entrenada, hace dos años que hago spinning. Para entretenerme me regaló una orejitas peluditas negras para cubrirme del frío.

Yo me pregunto, ¿acaso E.T. no invitó a Drew Barrymore a conocer su maravilloso mundo, montado en el canasto de la bici?

domingo, 18 de mayo de 2008

Fin de semana largo

Aprovechamos que el 1ero de mayo cayó jueves, para tomarnos el viernes libre e irnos con Nico para afuera. Que explote la agencia, la presentación del martes. Si les importaba tanto se hubieran acordado antes de trabajar.

El destino elegido fue la costa azul francesa, Niza. En un principio pensamos irnos a Mónaco pero queríamos evitar los compromisos con la realeza. Vamos a entendernos, los hermanos Grimaldi son amorosos pero los temas de conversación siempre rondan entorno a los dolores de cabeza que le provocan a Carolina sus chicos, Carlota y Andrea, las desafortunadas relaciones de Estefanía y el hijo no reconocido de Alberto con la ex azafata. Además de los romances que le inventan al príncipe, con modelos noruegas y alemanas de 20 años con total de no dejarlo salir del closet. Pobre Rainiero, que descase en paz.

De todos modos estuvimos cenando en el principado de Mónaco con Brad, Bono, Heidi Klum, Seal, Madonna, Guy Ritchie y unos amigos, debido al cumple del líder de U2. Una fiesta muy intima. Brad asistió solo, porque su mujer Angelina estaba en la India, eligiendo el próximo chico para su colección de hijos. Hasta ahora tiene tres, Maddox (camboyano), Zahara (etiopia) y Shiloh Nouvel (hija natural). La prensa del corazón se pregunta quién y qué familia será la afortunada en pararse para el resto de sus vidas. Dicen que en cada pueblo, esperan a la estrella con algo así como ferias humanas, donde las humildes familias exponen y ofrecen a sus hijos como si fueran frutas o verduras. La única diferencia es que no tiene carteles con precio colgados, a la diva le parece demasiado cruel. Los pueblos con más recursos, aprovechan para organizar karmesses, hacen juegos, venden manzanas acarameladas, tortas caseras y globos con formas, mientras Angelina ojea a los niños. Hay que confesar que los latinoamericanos viven prendiendo velas a la virgen para que a la pareja se le antoje un ecuatoriano o peruano. Sigan rezando chicos, ya va a llegar el momento. Además ahora hay más chancees porque el tema se puso de moda y Madonna también empezó a adoptar niños tercermundistas.

Frente a este panorama todas las miradas del cumpleaños se dirigieron a nosotros, no entienden cómo aún no hemos adquirido un pequeño somalí. “Son ricos, jóvenes, lindos y se aman, qué esperan para formar una familia?”, dijo Madonna. Nuestra respuesta fue, “todavía no decidimos el color”. Alguien se preguntó alguna vez, qué pasa por la cabecita de sus hermanitos, los desafortunados niños no adoptados por ser más grandecitos o no agradarles tanto como para llevárselos a su casa. Los amiguitos les creerán cuando ellos le cuenten que su hermanito/a ahora es hijo de Angelina Jolie y Brad Pitt o Madonna y Guy Ritchie. Cuando digan que vive en Hollywood y que salen en revistas. O se burlarán sin parar de ellos y vivirán en la dirección de la escuela. La cuestión es que Angelina no asistió a la velada.

Comimos, brindamos con champagne, soplamos las velitas y nos fuimos. Decidimos quedarnos a dormir en el principado, en el puerto Hercule donde reposa nuestro yate llamado “Le grand vida”. Habíamos tomado unas copas de más. Despertamos vestidos de blanco, Nico tenía algún toque de azul, desayunamos nuestro lait de au de café, croissant y unas frutas. Pasamos el día ahí, remoloneando y tomando sol.

Estas son las vueltas de la vida, un día uno está en Mónaco y al otro día en Eduardo Acevedo e Isla De Flores laburando como un chino.

sábado, 17 de mayo de 2008

Tips de la Felicidad

Hace tiempo que le insisto a Ale, mi terapeuta, si puede darme unos tips para estar mejor, como para que el camino sea un poquito más amigable mientras le encontramos la vuelta al asunto. Incluso fui generosa y pensé en hacer esta idea extensiva al resto de sus pacientes. Obviamente que habría que adaptarlo a las necesidades de cada uno, problemas de baja autoestima, pareja, pánico, adicción, etc... Incluso pensé que podrían ser en formato fichas de libros, así se pueden llevar en la cartera de la dama y el bolsillo del caballero. Entonces frente a cualquier emergencia, uno saca su ficha que sería algo así como un rosario o machete, y así vuelve a su centro. No me mal interpreten, amo la dialéctica pero creo que puede ser un buen apoyo y hay veces que uno necesita ser más práctico. Además, esta metodología de trabajo puede servirle a Ale para promocionarse localmente y lanzarse internacionalmente. Me la imagino yendo de soponcio en soponcio por el mundo, dando charlas a profesionales acerca de su metodología, instruyéndolos y llevándome a mí como su caso modelo. Hasta podríamos editar un libro llamado “Psicoanálisis para el bienestar, tips de la felicidad”. Ojo, tampoco me gustaría que se transformar en una especie de Jorge Bucay (pscipterapeuta y escritor de libros de autoayuda), editando libros, agendas y hojas membretadas con frases estilo “No hay que morir por el otro, sino vivir para disfrutar juntos”. También tengo que entender que tiene una familia y que tiene que darle de comer, cada uno hace lo que puede.

Volviendo al grano, algunos de estos Tips de la Felicidad podrían ser:

1. Levantate con el pie de derecho.

2. Mira al espejo y grita “AMO LA VIDA”.

3. Besa a tu pareja.

4. Desayuna como un rey.

5. Saluda a tu jefe.

5. Vuelve a tu espejo y grita “AMO MI TRABAJO”, repitelo hasta que salga natural.

6. Grita “GRACIAS DIOS POR ESTAS CURVAS” y pásate la crema anticelulitica.

8. Grita “AMO VERANEAR EN MARINDIA”, nada de Mónaco ni siquiera La Paloma.

9. Venera a alguien más real, como Rosa De España (ex Operación Triunfo), aunque ahora está más flaca que Kate Moss, la cuestión es que las modelos y actrices están completamente photoshopeadas.

10. Grita “AMO MIS COMPAÑEROS DE TRABAJO”.

11. Grita “AMO HACER HORAS EXTRAS” ó “OJALA QUE ESTE SÁBADO ME TOQUE TRABAJAR”.

12. Saborea las pequeñas cosas de la vida.

13. Cada tanto sal de picnic fuera de la ciudad.

13. Se generosa y regala lluvia de corazones.

Después de insistir varias veces con esta idea, decidí finalmente cortarla cuando me dijo “creo que sería bueno que vieras a un colega”.

viernes, 16 de mayo de 2008

Día de pago

Era un día de pago como cualquiera en Eduardo Acevedo e Isla de Flores. Estaba soleado, si bien en nuestro cubículo no entraba un rayito de luz, nuestro espacio era como eternamente invierno. Eran las 9 am pero parecían las 19hs..

El policía que todos los 10 de cada mes custodiaba administración, llegó en hora, lustrado, perfumado con Colebert Noir y bronceado. Su camisa azul de manga corta estaba desabrochada, luciendo su pecho recién depilado y su nuevo rosario.

Desde el mediodía las promotoras desfilaban por la agencia, preguntando con trompita (labios inyectados en botox), mano en la cintura, pelo rebajado y cara de asquito: "dónde queda administración". Al guardia de seguridad se le iban los ojos al ver a las chicas con sus chupin y pelo planchado. Resolpaba, sujetaba fuerte su canana y acomodaba sus lentes espejados que tenía en su cabeza, pobre ya no sabía que hacer con sus manos. Ni hablar los obreros que se empesinaban en no terminar la reforma con total de seguir trabajando en lo que ellos denominaban "paraíso".

En esos días estábamos bajo polvo, dándole un lavado de cara a la agencia. Cambiando las paredes amarillas y zócalos marrones por paredes blancas y splashs de colores. Ellos sentían que la agencia era como la mansión de playboy, las promotoras las playmates y David una especie de Hugo Hefner.

De repente se escucha un portazo en la puerta de entrada. Un promotor con un poco de sobrepeso y barba de varios días, entro abruptamente al despacho de David reclamándole por daños y prejuicios morales. Estaba vestido de pantera rosa y con un revolver de juguete en la mano. Claro, lucía un tanto ridículo tomando en cuenta su tamaño. Con sus ojos inyectados en sangre y su voz entre cortada, gritaba que los niños se burlaban sin cesar de él, que los perros no paraban de ladrarle y los adolescentes lo picaneaban por la calle al confundirlo con Barney. Como si fuera poco, las veteranas le gritaban "pervertido". Atónito frente al reclamo, David se quebró en llanto y se refugió en su órgano Yamaha. Empezó a tocar sin parar tres acordes y a rezar el siguiente estribillo: "yo no soy el dueño de la verdad, yo no soy el dueño de la verdad".

Al develarse tal misterio, la agencia completa entró en pánico. Natalia (la recepcionista) liberada comenzó a correr por los pasillos, con el pelo suelto como una leonina, gritaba "llegó el fin". Con los ojos desorbitados miró hacia dentro de nuestro departamento buscando atención. Se arrancó la camisa con las dos manos, sacó la lengua obscenamente y apoyó sus pezones en la ventana. De la nada apareció un pequeño topo que la cazó por detrás, era su amigo el expromotor. En ese preciso instante se trenzaron contra la pared.

Oma (planner) frente al caos, bajó en busca de ayuda. Cuando quisimos acordar, estaba bailando en ronda con los vecinos umbandistas descalza y con una gallina descogollada en la mano. Entre rezos y murmullos, se podía escuchar que le pedía a un ser divino por la salvación de la agencia.

Como si todo esto fuera poco, Anina (administración) comenzó a bailar y cantar a grito pelado un tango. Pelo su vaquero y vestida con una mini de cuero con medias de red y tacos aguja, tomó a José, el obrero, y comenzó a deslizar su pierna. José calladito, sin tartamudear, intentaba seguir su ritmo, al tiempo que pensaba “pero muerto, pero muerto”.

De repente, vemos que Vicki sale del departamento de cuentas lookeada de indiecita. Una vincha con dos plus sujetaba su blondo cabello. Al ver a Shrek parado en la otra punta del corredor, empezó a correr en cámara lenta como en una nube. Un metro antes de llegar a su enamorado, saltó con las piernas abiertas de par en par y se trepó en su falda. Al mejor estilo perreo, de los bailes peruano.

C quebrada al ver a David, le confesó su amor. A gritos le pidió "hazme tuya, hazme tu mujer". Pero él permaneció encabronado con su órgano Yamaha, o al menos prefiereó hacerse el sordo frente a semejante proposición.

Minutos más tarde Janine se descalzó. Rezando, empezó a girar sobre el mismo eje, con los ojos cerrados y brazos abiertos.

Las promotoras histéricas no paraban de gritar, correteaban para un lado y para otro. El 2 22 con ojos libidinosos les decía: “por aquí”, conduciéndolas a la buhardilla. Mongueto (el promotor ascendido) al ver la escena, fue atrás de ellas como perro alzado. Murmuraba "esto me recuerda el verano del 1997 cuando era promotor".

Nosotros seguíamos en nuestro departamento esperando que todo calme, o al menos que un ovni se apiade de nosotros y nos abduja de este lugar.

miércoles, 14 de mayo de 2008

Buscando el centro

El otro día le plantee a Ale si era viable que me acompañara en mi día, como si fuera una especia de guía espiritual. La comparación menos glamorosa sería, acompañante de Secom. Que me acompañe a las reuniones de trabajo, familiares y amigos, siempre conmigo, pero sin intrometerse ni interactuar con terceros, a lo sumo se podría acerca a mi oído a darme su opinión. La idea surgió tras ver a Paris Hilton pasearse por Hollywood con su can con cabeza de rata y collar de diamantes y su maestro zen. Un chaman que se mando traer del Tibet con el fin de dejar a un lado la superficialidad. Su respuesta fue, “¿cómo estás para venir todos los días?”.

martes, 13 de mayo de 2008

Prótesis

No ponerme lolas fue la decisión más difícil de los últimos años. Nico fue el que más sufrió haberle dado de baja a ese proyecto, las lloró durante nuestros 15 días de veraneo. La verdad es que durante bastante tiempo habíamos soñado con la idea de tenerlas, pero el sorpresivo seguro de paro nos desajustó el presupuesto anual.

Al final recurrí a usar en la noche, unas hombreras de un tapado que era de mi abuela y ahora está muy de moda. La cuestión es que le arrenque las hombreras que me hacían ver como Robocop, y me hice de un par de senos nuevos.

Y para usar durante el día, me había auto regalado para navidad unas lolas que venden en Teleshopping. Pensé que estaban bárbaras porque eran de color piel, no tenían breteles y la textura como lisita, pero las disfrutamos poco, porque el tercer día de playa una ola de metro treinta y cinco (del tamaño de Nelson, el hombre rata que bailaba en el video clip a "mover el culo) me arrastró, revolcó, despojó, casi violó y noqueó, en la playa del barco (La Pedrera). En realidad, ahora agradezco a la mar que se las haya llevado, porque eran como de PVC y levantaban temperatura a lo bobo. Además con el viento que no paraba de soplar y la transpiración por la fucking goma, se le pegaba arenita, medio asquete.

Así que sigo con mis lolas estándar, esperando que en algún momento peguen el estirón.

Sin novedades

No me abdujo un ovni, lamentablemente. No me contrataron de Wieden + Kennedy. No me fui del país. No me mudé de departamento. No me mudé de barrio. No me mudé de casa. No me secuestraron. No me partió un rayo. No me llamaron del 12 para hacer Verano del 2008. No me mandaron en cana. No me cambié de sexo. No me fui de viaje, ni siquiera cruce el charco. No me descubrió un caza talentos e invito a Hollywood. No me dejó Nico. No me cruce con Clive Owen. No me internaron en un manicomio. No me metí en un grupo de cumbia ni de reggeton. No cambié de religión. No me sacaron los aparatos fijos. No me puse lolas. No me saque lolas. No he ido a Burlesque. No me pico el dengue. No me insolé en verano. No me afecto la marea roja. No me dedico al tenis, ni siquiera soy ball boy. No palmé de una sobredosis. No plante ni siquiera una semilla de albaca. No escribí mis memorias. No he comido pelorotus.

La cruda realidad es que me he boludeado y por eso no he aparecido.

ATP Monte Carlo

Ayer miraba por la tele la final del ATP Master Series de Monte Carlo, y recordaba: “pensar que el año pasado estaba ahí, compartiendo el palco con Mirka Vavrinek (la novia de Roger Federer), Tiger Woods y unos amigos de los chicos”.

La relación comenzó tras coincidir en Manhattan en una fiesta benéfica organizada por Madonna para las Naciones Unidas, con el fin de acabar con el hambre y la enfermedad en el mundo. Como si comiendo salmón ahumado noruego y ostras se resolviera, pero al menos asistiendo sentimos que estamos haciendo algo por esos pobres chicos. De hecho, el costo de la invitación rondaba los USD2500, cubiertos incluidos. Aparte había que dejar propina a los mozos, que frente a un billete de menos de USD100 hacían un escándalo, como cuando un cuida coches te tira la moneda que amablemente le dejas por el solo hecho de intimidarte con su mirada. Dejando de lado ese detalle, a lo largo de la noche se remataban distintos servicios, por llamarlos de alguna forma. Los ricos y famosos se ponían a disposición del público, igual de rico pero menos famoso, y pagaban por cosas que comúnmente no están a la venta en la 5th Avenue. Como por ejemplo, un repaso del script de la escena “you complete me” de la peli Jerry Maguire con Tom Cruise y el resto del elenco. Tras pujar por la clase de baile de una hora con Madonna, Mirka ganó la pulseada al subir la apuesta a USS100.000, dejándome sin respiro y esperanza.

Después de varias copas de champagne Cristal y sin filtro, Mirka se acercó a pedirme disculpás por haberme arrebatado la clase de baile. Me confesó ser una gran fan de Madonna, hasta no tuvo pudor en empezar a cantar y bailar la Isla Bonita. Deberían verla mover esas caderas, Shake it, shake it Mirka. Las caras de Demi, Rihanna, Gwyhnett eran indescriptibles, deberían pensar “pobre gordita”. Después de vivir ese dejavoux, me preguntó que podía hacer para recompensarme. En esos días se jugaba el torneo de Monte Carlo, fue así como se le ocurrió invitarme a disfrutarlo con ellos.

Recuerdo estar en el palco de la cancha central junto a Mirka y Tiger, parece que son buenos amigos. La brisa de verano acariciaba mi rostro, mis lentes Gucci me cubrían del sol, y mientras bebía Agua Perrier disfrutaba del intenso duelo entre Roger y Rafa. No bastaron los ánimos que le arrojamos a Roger desde el palco para que ganara. Hoy me toca mirarlo y alentarlo por ESPN+.

sábado, 10 de mayo de 2008

“Recuperé mis curvas sin dieta ni gym”, Pampita.

Millenium hace tus sueños realidad. Tengo una amiga que dice que es como el Carreño de acá, el centro estético al cual asiste. Me gustaría creerle pero la miro a ella y después miro a Pampita abierta de piernas en Bailando por un Sueño, que acaba de parir y luce como si hubiera adoptado, y lamentablemente no encuentro muchas similitudes. Lo que me lleva a pensar en que estamos genética cagadas o monetariamente arruinadas.

En el primer caso, tendríamos que resignar la belleza y trabajar en el aspecto humano, ser más simpáticas, amables y divertidas. Meternos en alguna ONG o hacer alguna obra de beneficencia, como por ejemplo podría ser colaborar con un merendero. Estaríamos etiquetadas en el grupo “amorosas, rebuena gente”.

Por otro lado, cuánto nos puede costar que nos esculpan el traste como dios manda. Deberíamos vivir inyectadas y pasar largas horas dentro de esas capsulas de aire estilo Cocoon, liberando toxinas y tonificando los tejidos. Además, si seguimos en este rubro y con los ajustes del IRPF, vamos muertas. Capaz que tendríamos que habernos avivado a la hora de elegir a nuestras parejas, como las vedettes de la vecina de orilla que pegan “empresario” y quedan paradas para el resto de sus vidas. Claro, ellas salen en el Maipo prácticamente desnudas, con unas medias de red que apenas las cubren, plumas y unos pequeños stickers circulares de tres centímetros de diámetro que cubren sus pezones. Nosotras, lejos estamos de esa situación, a lo sumo nos pueden llamar de Bellas Artes para pintar las mininas de Velásquez.

En ambos casos, a los 28 años vamos a tener que resignar correr al agua en la playa, bailar por un sueño, que un jean con remera blanca nos calce como un vestido de Coco Chanel, caminar sin pareo en la playa, movernos con naturalidad... la pucha! qué injusta que es la vida.

viernes, 9 de mayo de 2008

Gracias por venir

Quiero que tiren mis cenizas en los lagos de Versalles. Que la asistencia sea restringida. No lloren, voy a encontrarme con María Antonieta. Dice Sofía Coppola que María además de ser amorosa, conoce la sal de la vida.

Que las personas que asistan vayan con capelinas y tules, preferentemente todos de blanco, que las cámaras no inquieten a los invitados. Por favor, por una vez en su vida respeten la intimidad de la familia y los amigos. Les hablo a ustedes, Rial, Ventura, Canosa y Polino. Haya paz.

Quiero que por los jardines se despliegue un gran buffet, bandejas llenas de platos de autor, ponches de frutas exóticas, champagne y peti fours elaborados. Y aunque quede poco fino, quiero que no falte Coca Light y agua Evian. Que la vajilla sea de cristal y porcelana china. Celebren sin desbarrancarse. Sean felices, la vida es una.

Me gustaría que suene en vivo una orquesta, apoyada por un grupo de niños cantores. Todos vestidos con pantalones cortos color azul, mocacines, medias hasta las rodillas y camisita blanca de verano. Todos a tono. Que Elton John me componga, o al menos adapte el tema que le escribió a la princesa de Gales. No lloren. Y que en la entrada una mujer reciba a los invitados tocando el arpa.

Quiero que los invitados se lleven un souvenir, estaba pensando en platos, estampitas o monedas con una foto de mi rostro, mi nombre y fecha de nacimiento. Veamos el presupuesto.

Que por los jardines desfilen cisnes blancos, y me gustaría también sentir la presencia de caballos. Una yegua con su potrillo caminando entre sus piernas estaría bien. No se olviden del arco iris, quiero que también este presente ese día.

Quiero que todas las personas con las cuales me he cruzado esten presentes, Kart Lagarfeld, Nelson Mandela, Kate Moss, Mick Jagger, Bono, Liv Taylor y su padre, Carolina de Mónaco, Pancho Dotto, Tarantino y Uma Thurman, los hermanos Wilson, Madonna, el gordo Puglia, Gladys T, Giselle Bundchen y las chicas de Victorias Secret, la gente de Millenium que siempre me trató tan bien, Narda gracias por los tips de cocina, Susana, el hijo de Nelson el hombre rata, Mirtha, Mónica Belucchi, Clive Owen, Roger Federer, Rafa, Carolina Herrera madre e Hija, la hija de Paul Mc Cartney gracias por tanto diseño, Calvin Klein, Obama, Brad, Angelina y los chicos, Darma y Greg…. No quiero olvidarme de nadie, revisen mi agenda que allí están todos los contactos.

En un principio, pensé que estaría bueno que cado uno de los presentes, me trajera un obsequio y que los arrojaran al lago, como para que me acompañen en este viaje. Algo así como hacían los egipcios para venerar a sus reyes. Si un hombre gozaba de riquezas y bellezas durante su vida terrenal, sus tesoros eran enterrados para que pudiese gozar en el más allá. Pero después recordé los lamentables episodios que ocurren cada día del Imanya en la Playa Ramírez del Buceo en Montevideo, donde la gente se arroja a la mar arriesgando su vida por un lápiz de labio y anillo de plástico. Esas ofrendas que le hacen a la virgen, arrojando barcos de espuma plas cargados de flores y souvenires. Por lo cual resolví que sería bueno dejarles esos regalos a los chicos de mi fundación. Por favor, también recuérdenles a los invitados que los pueden adoptar sin llevárselos a su casa.

Gracias a todos por venir. Gracias por respetar mis deseos.

No quiero morir pisada por un carrito.

el fin

Cierro los ojos, suena una música romántica de fondo. Me imagino en una campiña francesa, caminando por un sendero de un viñedo en Provence. Los racimos de uvas tintas (moscatel) están tupidos, es una buena cosecha. La brisa de verano, sacude mi pantalón y blusa de lino. Estoy descalzada, tengo los dedos teñidos (Ensuciarse hace bien diría Nevex). Me acerco a una parra, extiendo mi mano cuando de repente me cae un rayo. No hay más lino.

más mónaco

Donde está Carolina de Mónaco, dónde están las fiestas de gala en beneficencia por los niños desnutridos del África. Esa cenas donde los ilustres invitados se engalana con costos vestidos. Donde los diseñadores pagan porque los invitados lleven sus vestidos, en vez de los invitados pagar por los vestidos que llevan. Dónde esta Andrea Casiraghi, el hijo chic de la princesa que siempre sale en las tapas de las revistas HOLA y Caras, con el torso descubierto, caminando en pareo por el medio de un isla. Dónde están las caras de preocupación?

i love monaco

Extraño Mónaco.

El agua turquesa, las piedras grises, los vestidos de Chanel.

Hay que entrar la ropa

En el sur es verano, pero en los últimos 10 días no ha parado de llover. Se estima que el índice de suicidio aumentó en un 10%, pero los informativos no quieren ahondar mucho en el tema porque temen que sea contagioso. La tasa aumento en jóvenes entre 20 y 35 años, así que seguiremos teniendo la población más vieja del mundo. Algunos lo atribuyen al calentamiento global (el suicidio), éramos tan pobres que la lectura de la situación se resume a eso.
Yo un poco egoísta, sumergida en mi mundo de ama de casa, pierdo el tiempo discutiendo con Carmen (la señora que nos da una mano con la casa una vez por semana), para ver qué hacemos con la ropa. Ella me dice: “señora, qué hacemos? no para de llover”. Yo le digo “carmen, no me digas señora, llama me maca o macarena, por favor”. Nos paramos frente a la ventana de la cocina y ambas miramos al cielo, en determinado momento la miro y me encuentro que está concentradísima, con el ceño fruncido como jugándole un serio a las nubes para ver si sale el sol. Lavamos o no lavamos es nuestra preocupación. Después de un relámpago y ver que las nubes permanecen en el mismos lugar con la misma forma, le digo “carmen, manejate, hace lo que quieras”. Me doy vuelta y me persigue como buscando una respuesta, apenas se distrae me escabulló por la puerta y pienso en que ojala no atormente demasiado a Nico con el tema. Él ya improvisó un tendedero en el garage, pero hace una semana que los pantalones, toallas y demás cuelgan sin secarse.
Llego a la agencia, abro mails, me río y me preparo para el tan ansiado momento.

buzo

Me siento como un buzo que se está deshilachando.

Tengo miedo de tirar demasiado de ese hilo deshilvanado.

Cómo que no puedo

Si estoy segura que puedo

Puedo dar más, tengo que dar más

Siento que puedo

Y, entonces, por qué no puedo.

Tiempo

Siento que pierdo el tiempo.

Que corro contra el tiempo,

corro en busca de algo que no encuentro.

Estoy atrás de algo,

siento que lo pierdo.

Estar así me retrasa,

Me hace perder el tiempo,

Mi tiempo.

Tic tac tic tac tic tac

El tiempo pasa y sigo perdiendo el tiempo.