Millenium hace tus sueños realidad. Tengo una amiga que dice que es como el Carreño de acá, el centro estético al cual asiste. Me gustaría creerle pero la miro a ella y después miro a Pampita abierta de piernas en Bailando por un Sueño, que acaba de parir y luce como si hubiera adoptado, y lamentablemente no encuentro muchas similitudes. Lo que me lleva a pensar en que estamos genética cagadas o monetariamente arruinadas.
En el primer caso, tendríamos que resignar la belleza y trabajar en el aspecto humano, ser más simpáticas, amables y divertidas. Meternos en alguna ONG o hacer alguna obra de beneficencia, como por ejemplo podría ser colaborar con un merendero. Estaríamos etiquetadas en el grupo “amorosas, rebuena gente”.
Por otro lado, cuánto nos puede costar que nos esculpan el traste como dios manda. Deberíamos vivir inyectadas y pasar largas horas dentro de esas capsulas de aire estilo Cocoon, liberando toxinas y tonificando los tejidos. Además, si seguimos en este rubro y con los ajustes del IRPF, vamos muertas. Capaz que tendríamos que habernos avivado a la hora de elegir a nuestras parejas, como las vedettes de la vecina de orilla que pegan “empresario” y quedan paradas para el resto de sus vidas. Claro, ellas salen en el Maipo prácticamente desnudas, con unas medias de red que apenas las cubren, plumas y unos pequeños stickers circulares de tres centímetros de diámetro que cubren sus pezones. Nosotras, lejos estamos de esa situación, a lo sumo nos pueden llamar de Bellas Artes para pintar las mininas de Velásquez.
En ambos casos, a los 28 años vamos a tener que resignar correr al agua en la playa, bailar por un sueño, que un jean con remera blanca nos calce como un vestido de Coco Chanel, caminar sin pareo en la playa, movernos con naturalidad... la pucha! qué injusta que es la vida.