Un casco para la bici, dice valen que dentro de poco va a ser obligatorio el uso. Debería conseguir, uno para ella también así la convenzo de llevarla al gimnasio en la Trek. La idea surgió, frente a la falta constante de transporte. Todos los días nos comunicamos para ver quien tiene auto para pasar a buscar a la otra, la respuesta es “vamos mañana, entonces?”. Y así pasan las semanas. La cuestión es que ella se empecina en que nos vamos a matar las dos en bici por Av. Brasil, ella sentada en el manubrio y yo intentando hacer equilibrio. Prefiere caminar a mi lado. Nico le agradece su lucidez y le ruega que no me haga caso, que nos vamos a ser el hazme reír de Montevideo. Por eso de que acá nos conocemos todos. Mauro bajó los brazos y yo sigo insistiendo en que estoy entrenada, hace dos años que hago spinning. Para entretenerme me regaló una orejitas peluditas negras para cubrirme del frío.
Yo me pregunto, ¿acaso E.T. no invitó a Drew Barrymore a conocer su maravilloso mundo, montado en el canasto de la bici?