miércoles, 14 de mayo de 2008

Buscando el centro

El otro día le plantee a Ale si era viable que me acompañara en mi día, como si fuera una especia de guía espiritual. La comparación menos glamorosa sería, acompañante de Secom. Que me acompañe a las reuniones de trabajo, familiares y amigos, siempre conmigo, pero sin intrometerse ni interactuar con terceros, a lo sumo se podría acerca a mi oído a darme su opinión. La idea surgió tras ver a Paris Hilton pasearse por Hollywood con su can con cabeza de rata y collar de diamantes y su maestro zen. Un chaman que se mando traer del Tibet con el fin de dejar a un lado la superficialidad. Su respuesta fue, “¿cómo estás para venir todos los días?”.