lunes, 19 de mayo de 2008

Que los cumplas feliz...

Llego la hora de soplar las velitas y con ello pedir los tradicionales deseos. Mamá colocó una vela de apagón color amarilla sobre la tentadora torta de chocolate. Llega un momento en la vida que hay que sintetizar los años, en una vela o a lo sumo dos velitas con forma de números que formen la edad, de lo contrario la torta se transforma en una especie de colador.

Apagaron las luces y empezaron a cantar “qué los cumplas feliz…”. Cerré mis ojos y comencé a pedir los deseos. Supuestamente son tres y uno no los tiene que decir porque sino no se cumplen. En el último tiempo he sentido que el Sr. Deseo, el que concede los deseos, se ha olvidado de mi listita de pedidos o se le ha traspapelado frente a tanto cumpleaños y aniversario. Tampoco es cosa de caerle, tendrá sus mambos. La cuestión es que, me tomé el trabajo de repasar qué había pedido en el último tiempo y renovar mi lista.

- Salud, amor, dinero y bienestar para mis seres queridos.

- Pasar fin de año con Nico, en una terraza de un penthouse en Nueva York, vestidos de gala (él en Armani y yo en Stella McCartney), bailando al compás de Frank Sinatra.

- Veinte kilos menos y no ver rostros de preocupación.

- Un paréntesis en mi vida, seis meses capaz que son mucho pero qué pasa con tres. Serían como para recargar energía, encontrar el centro y volver a barajar.

- Encontrar la paz, estoy cansada de pelear conmigo.

- Asistir a las finales de Roland Garros, Wimbledon y Master Series.

- Que un jean con remera blanca me calce como un vestido de Chanel.

- Un jaguar color verde inglés con asientos de cuero blanco.

- Gafas bien grandes para que no me reconozcan.

- Que un ovni me abduja del trabajo y traslade a la costa azul francesa, y en ese momento este tomada de la mano de nico.

- Que nico no me abandoné.

- Ir por una highway en una noche despejada, la brisa acariciando nuestros rostros, escuchando música al palo, tarareando desafinados y con una extraña sensación de libertad.

- Poder mandar a la reconstitución a quien quiera.

- Que cada cosa que ingiero no encuentro su lugar en mis muslos.

- Que las horas de spinning se traduzcan en mis piernas.

- Pasear en los barquitos de los estanques de Versalles, dándole de comer a los interesados cisnes mientras nico intenta ahuyentaros con el remo.

- Un paseo en bici por las calles de adoquines de Florencia, Italia.

- Un café con leche acompañado por una rica patiserrie en la verdeada de un Café en Saint Germain en París. Un farol, cuatro árboles, una plaza, un músico tocando su acordeón, un grupo de estudiantes discutiendo acerca de un manifiesto, una librería de fondo, una francesa con largas piernas esperando para cruzar mientras habla por celular, bullicio en distintos idiomas, hay olor a baguette fresca, señoras y señores caminando con su baguette debajo del brazo, adoquines con historia, una notebook en la mesa (me he vuelto adicta), un hombre con flores frescas (seguramente adquiridas en el Mercado De Flores), una pareja tomando una copa de vino y Nico que me da un beso en la frente, acaba de llegar de su clase de pintura. Una larga charla.

- Un picnic en una tarde de verano en el Hyde Park o Greenwich Park, Londres. Descalzos con los pies sobre la hierva, hay olor a pasto recién cortado. Sobre la mantita se apoyan unos frescos tomatitos cherries, queso brie, jamón crudo, olivas, pan integral de varias semillas, mermelada de arándano casera, unos duraznos y bebida.

Por último pronuncié, “Deseo que el Sr. Deseo me conceda mis deseos.”

Los deseos de paz en el mundo y que se acabe el hambre, los dejé para personas menos narcisistas y egocentristas. Como por ejemplo las modelos, que en cada certamen de miss universo piden por un mundo más feliz.


Cuando abrí los ojos me encontré con que el cebo de la vela había cubierto toda la torta y el cabito seguía encendido. Los rostros de las personas eran de preocupación, no escuchaba nada, solo mis pensamientos, pero podía leer sus labios que decían “despertá maca, despertá!”. Entre dormida, solo atine a soplar la velita.