martes, 13 de mayo de 2008

ATP Monte Carlo

Ayer miraba por la tele la final del ATP Master Series de Monte Carlo, y recordaba: “pensar que el año pasado estaba ahí, compartiendo el palco con Mirka Vavrinek (la novia de Roger Federer), Tiger Woods y unos amigos de los chicos”.

La relación comenzó tras coincidir en Manhattan en una fiesta benéfica organizada por Madonna para las Naciones Unidas, con el fin de acabar con el hambre y la enfermedad en el mundo. Como si comiendo salmón ahumado noruego y ostras se resolviera, pero al menos asistiendo sentimos que estamos haciendo algo por esos pobres chicos. De hecho, el costo de la invitación rondaba los USD2500, cubiertos incluidos. Aparte había que dejar propina a los mozos, que frente a un billete de menos de USD100 hacían un escándalo, como cuando un cuida coches te tira la moneda que amablemente le dejas por el solo hecho de intimidarte con su mirada. Dejando de lado ese detalle, a lo largo de la noche se remataban distintos servicios, por llamarlos de alguna forma. Los ricos y famosos se ponían a disposición del público, igual de rico pero menos famoso, y pagaban por cosas que comúnmente no están a la venta en la 5th Avenue. Como por ejemplo, un repaso del script de la escena “you complete me” de la peli Jerry Maguire con Tom Cruise y el resto del elenco. Tras pujar por la clase de baile de una hora con Madonna, Mirka ganó la pulseada al subir la apuesta a USS100.000, dejándome sin respiro y esperanza.

Después de varias copas de champagne Cristal y sin filtro, Mirka se acercó a pedirme disculpás por haberme arrebatado la clase de baile. Me confesó ser una gran fan de Madonna, hasta no tuvo pudor en empezar a cantar y bailar la Isla Bonita. Deberían verla mover esas caderas, Shake it, shake it Mirka. Las caras de Demi, Rihanna, Gwyhnett eran indescriptibles, deberían pensar “pobre gordita”. Después de vivir ese dejavoux, me preguntó que podía hacer para recompensarme. En esos días se jugaba el torneo de Monte Carlo, fue así como se le ocurrió invitarme a disfrutarlo con ellos.

Recuerdo estar en el palco de la cancha central junto a Mirka y Tiger, parece que son buenos amigos. La brisa de verano acariciaba mi rostro, mis lentes Gucci me cubrían del sol, y mientras bebía Agua Perrier disfrutaba del intenso duelo entre Roger y Rafa. No bastaron los ánimos que le arrojamos a Roger desde el palco para que ganara. Hoy me toca mirarlo y alentarlo por ESPN+.